El 11 de julio de 1991, los habitantes de Cali, la ciudad del eterno sol, presenciaron un acontecimiento extraordinario que dejó una marca imborrable en sus memorias.
En medio de un cielo despejado y radiante, la ciudad se sumió en la oscuridad en pleno día, a las 3 de la tarde. Este fenómeno, un eclipse solar total, generó sorpresa, asombro e incluso un poco de miedo entre la población. En este artículo, exploraremos aquel día en el que Cali se oscureció, la reacción de la gente, y cómo la naturaleza se despertó con un nuevo matiz durante esos preciosos minutos.
La Expectación y el Asombro:
El eclipse solar total del 11 de julio de 1991 generó una gran expectación en Cali y sus alrededores. A medida que la hora del evento se acercaba, la gente se reunía en los parques, plazas y balcones para presenciar este raro y fascinante espectáculo celeste. Algunos escuchaban las transmisiones en vivo por radio, atentos a las explicaciones científicas y a los consejos de cómo proteger sus ojos durante el eclipse. El ambiente estaba cargado de emoción mientras todos esperaban con anticipación la llegada de la oscuridad en pleno día.
El Momento de la Obscuridad:
A las 3 de la tarde, en medio de una tranquilidad inusual, Cali fue envuelta en sombras. La noche pareció caer de repente, y las luces de las calles y los edificios se encendieron para iluminar la oscuridad momentánea. Muchas personas, sorprendidas por la extraña sensación de encontrarse en la noche en pleno día, experimentaron un sentimiento de temor y asombro. Sin embargo, a medida que la oscuridad se apoderaba de la ciudad, una magia especial comenzó a desplegarse.
La Naturaleza en Pleno Esplendor:
Durante esos pocos minutos de eclipse total, la naturaleza reaccionó de manera extraordinaria. Los animales, desconcertados por el repentino cambio de luz, salieron de sus escondites y se unieron a la sinfonía del eclipse. Los pájaros, generalmente activos durante las primeras horas de la mañana, comenzaron a cantar como si fuera un nuevo amanecer.
El coro de sus melodías llenó el aire, creando una experiencia sonora mágica y envolvente. Los observadores del eclipse quedaron maravillados al presenciar este despertar natural en medio de la oscuridad.
El Legado del Eclipse:
El eclipse solar total del 11 de julio de 1991 dejó una huella imborrable en los corazones y mentes de los habitantes de Cali. Este fenómeno astronómico único les recordó la inmensidad del universo y su conexión con la naturaleza. Además, generó una mayor conciencia y admiración por los fenómenos celestiales y el papel que desempeñan en nuestra existencia. Desde aquel día, Cali ha sido testigo de otros eclipses, pero ninguno ha capturado la atención y la emoción