Cali en el año 2540. El dinero desaparece, te pagarán con una recarga virtual en tu brazo

En un futuro distante, en el año 2540, la ciudad de Cali se ha transformado en un lugar donde el dinero ha dejado de tener valor y la vida cotidiana se rige por un sistema inusual. En este mundo, las personas no reciben un salario en efectivo, sino en forma de una recarga virtual que se refleja en una peculiar empanada digital incrustada en su brazo izquierdo.

La empanada virtual se convierte en una representación tangible de la riqueza de cada individuo. Cada quincena, una cantidad específica de “relleno” se agrega a la empanada de cada persona, lo que determina su tiempo de vida durante el próximo mes. Si la empanada se descarga por completo, significa que se ha agotado el tiempo de vida asignado y la persona fallecerá.

Este sistema, aunque extraño y aparentemente injusto, se implementó como una forma de igualar las condiciones económicas y fomentar una sociedad más equitativa. Sin embargo, la brecha entre ricos y pobres sigue existiendo. Aquellos que trabajan en empleos formales o bien remunerados tienen la capacidad de recargar una empanada completa, lo que les otorga un mes de vida sin preocupaciones. Mientras tanto, aquellos que trabajan en empleos informales o mal remunerados solo pueden permitirse recargar una cuarta parte de una empanada, lo que representa solo una fracción del tiempo de vida disponible.

En este panorama, la lucha por la supervivencia se vuelve aún más desafiante. Las personas que apenas alcanzan a recargar una cuarta parte de una empanada deben buscar estrategias para estirar su tiempo de vida. Algunos se ven obligados a tomar empleos adicionales o a participar en actividades peligrosas para obtener recargas adicionales y prolongar su existencia.

PARA PAGAR

Para hacer transacciones y pagar bienes y servicios, las personas simplemente acercan su brazo izquierdo a un dispositivo especializado que lee la información codificada en la empanada digital. Este lector biométrico verifica la identidad de la persona y realiza la deducción correspondiente de su tiempo de vida almacenado.

El uso del brazo como un lector biométrico ha simplificado el proceso de pago, ya que no se requieren tarjetas ni dispositivos adicionales. La tecnología ha avanzado tanto que estos lectores son capaces de realizar transacciones de manera rápida y segura, garantizando la integridad de los datos personales.

Sin embargo, este sistema también ha generado ciertas controversias y preocupaciones. Algunos temen que esta tecnología pueda ser hackeada o mal utilizada, exponiendo la información personal y la vida de las personas a posibles amenazas. Aunque se han tomado medidas de seguridad, los debates sobre la privacidad y la protección de datos continúan en la sociedad.

A pesar de estas preocupaciones, el uso del brazo como lector biométrico se ha convertido en una parte integral de la vida diaria en Cali. La gente ha aprendido a adaptarse a esta forma de pago, utilizando sus brazos como una herramienta conveniente y accesible para realizar transacciones comerciales.

Esta combinación de recargas de empanadas digitales y lectores biométricos en el brazo ha transformado la forma en que la sociedad de Cali interactúa con el sistema económico. Aunque peculiar y a veces controvertido, este sistema representa un paso hacia adelante en la evolución de las transacciones financieras y la integración de la tecnología en la vida cotidiana.
A medida que la ciudad avanza en el tiempo, la desigualdad y la desesperación se hacen evidentes. Los distritos más ricos están repletos de personas con empanadas completas, mientras que los barrios pobres están habitados por aquellos que luchan por sobrevivir con sus limitadas recargas.

Sin embargo, entre las sombras de esta desigualdad, también surgen historias de esperanza y resistencia. Grupos de activistas y organizaciones solidarias se dedican a ayudar a aquellos que no pueden permitirse una empanada completa. Proporcionan alimentos, servicios de recarga y educación para empoderar a las personas y romper el ciclo de la pobreza.

La ciudad de Cali del futuro se convierte en un escenario complejo y desafiante, donde el tiempo de vida se mide en empanadas digitales. Mientras algunos luchan por mantenerse vivos, otros luchan por un cambio en el sistema y por una sociedad más justa, donde la vida no esté determinada por la cantidad de recarga en una empanada, sino por el valor humano y la dignidad de cada individuo.

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