“Lo conocí en el recreativos 5, nos bajamos en el lago de la Babilla y…”

Hace algún tiempo, conocí a alguien muy especial en el bus recreativos en Cali. Subimos juntos en la parada de la 14 de Calima y comenzamos a hablar. Desde el primer momento, sentí una conexión única con él, como si nuestras almas estuvieran destinadas a encontrarse.

Mientras el bus nos llevaba hacia Pance, nuestras palabras fluían sin esfuerzo. Compartimos risas, sueños y nuestras historias de vida. Era como si nos conociéramos desde siempre. Cada palabra pronunciada nos acercaba más y más.

Cuando llegamos al lago de La Babilla, en el hermoso barrio de Ciudad Jardín, decidimos bajar juntos. Allí, rodeados de la belleza natural, nuestros corazones latían con fuerza. Parecía que el lugar se había convertido en un escenario mágico, perfecto para el amor.

Bajo la suave caricia del atardecer, nuestras miradas se encontraron y algo especial ocurrió. Nos acercamos y nuestros labios se unieron en un beso lleno de ternura y promesas. En ese momento, el mundo desapareció y solo existíamos él y yo, inmersos en ese abrazo mágico.

El resto de la tarde lo pasamos juntos, explorando el lago, compartiendo risas y confidencias. Cada instante nos unía más, como si nuestras vidas se hubieran entrelazado en ese preciso momento. Sentíamos una conexión profunda y sincera.

La noche cayó sobre nosotros, pero el fuego de nuestro amor no se extinguía. En ese momento, decidimos dar un paso más en nuestra historia. Con nerviosismo y emoción, nos entregamos el uno al otro en un acto de amor y entrega, sellando así nuestra conexión eterna.

Aquella noche en Cali se convirtió en un recuerdo inolvidable en mi corazón. Él se convirtió en mi compañero de vida, en mi confidente y en el dueño de mis suspiros. Juntos, enfrentamos las pruebas y celebramos cada alegría que la vida nos brindaba.

Nuestra historia de amor en Cali es un tesoro guardado en lo más profundo de mi ser. Aunque los nombres se reserven, nuestra conexión sigue siendo fuerte y duradera. Cada día agradezco el destino por haberme permitido conocer a esa persona tan especial, y sé que nuestro amor seguirá escribiendo capítulos llenos de felicidad y amor eterno.

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