“Luis, vaya trae un pan para mañana el desayuno que no hay” así le dijo Doña Carmen a su hijo Luis de 19 años, el muchacho que tenía pinta de rumba y andaba algo desparchado quería salir pero antes debía hacer los mandados de la casa.
Lucho como le dicen sus amigos, vive en Floralia, muy cerca a la calle jetenta ve y arrimó a la panadería del paisa por un pam de $5000 y un litro de leche, no podía salir nada mal, era hacer un mandado y regresar pero se encontró al viejo Carlos ‘Lora’, el chico farándula del barrio que se le pasa bebiendo y nadie sabe de donde saca plata, Lucho y Carlos son parceros desde hace muchos años.
“hablame lucho ¿Cómo jería? ¿Cuál es el evento? le dijo Carlos y Lucho le dijo: “Suave, quiero hacer algo pero ando asado, voy a llevar este mandado a mi cucha y me tomo una cerveza nada más”. Carlos le dijo “relájate que yo controlo, suave, pedí una cerveza yo la pago” y se sentaron a tomar en la panadería, lo que empezó con una terminó con una canasta y luego una caneca de guaro como para meterle más sabor a la noche y cuando ya estaban más prendiditos los dos, Carlos le dijo a Lucho que se tiraran para el Centro que la rumba era allá era leta, salsa salvaje, descomunal, en un sitio muy jabroso que se llama MalaMaña Bar, en pleno centro de Cali, Carlos ya en su borrachera lo único que dijo breve y dejó el pan tirado con la leche.
Papi, esos dos se fueron a MalaMaña y se metieron la propia rumba, Una rumba tan salvaje que nunca se le va a olvidar, hasta que sintieron el verdadero terror, siendo ya las 4 am y con mil tragos encima, apareció Doña Carmen a la salida del bar y con correa en una mano y un zapato en la otra encontró a Lucho y lo encendió, cuentan que fue tan fuerte la paliza que el hombre se le quitó la borrachera.
Hoy Lucho ya no come pan