La fiesta de Ulpiano Lloreda en el oriente de Cali se convirtió en un auténtico caos en la jornada de hoy, marcando un inicio tumultuoso para el mandato del nuevo Alcalde, Alejandro Eder. Esta tradicional celebración, que históricamente ha enfrentado desafíos de seguridad, superó todas las expectativas este año y requirió medidas extraordinarias para su control.
La fiesta, que simboliza el comienzo del año para los habitantes del oriente de Cali, rápidamente se salió de control a medida que miles de personas se congregaron para celebrar. A pesar de los esfuerzos previos del gobierno local para garantizar un ambiente seguro, la festividad se vio afectada por disturbios, peleas, y desorden público en una magnitud sin precedentes.
El Alcalde Eder, en su primer día en el cargo, se encontró ante una situación abrumadora. Las fuerzas de seguridad locales se vieron desbordadas, y se vio obligado a solicitar la intervención del ejército para controlar la situación. El sonido de las sirenas, el uso de gas lacrimógeno y la presencia de vehículos militares marcaron un dramático giro en una celebración que tradicionalmente se caracterizaba por su alegría y espíritu festivo.
En una declaración emitida durante la tarde, el Alcalde Eder expresó su frustración y preocupación. “Estamos comprometidos con la seguridad y el bienestar de nuestros ciudadanos, pero hoy hemos enfrentado un desafío excepcional. Esta no es la forma en que esperaba comenzar mi mandato como Alcalde de Cali”, declaró visiblemente abrumado.
A medida que la noche avanzaba, el Alcalde consideró seriamente la posibilidad de renunciar a su cargo ante la presión de los acontecimientos. Sin embargo, después de una reunión de emergencia con su equipo de gobierno y líderes comunitarios, decidió continuar en su función y enfocarse en restaurar la paz en la ciudad.
Las autoridades locales y la comunidad se comprometen a trabajar juntas para evaluar lo sucedido en la Fiesta de Ulpiano Lloreda y tomar medidas para garantizar que este evento cultural importante pueda mantenerse vivo en el futuro sin poner en riesgo la seguridad de los asistentes. El Alcalde Eder enfrenta un inicio de mandato inusual, pero su capacidad para abordar este desafío sin precedentes será una prueba de su liderazgo en los próximos años.
