En lo que parece sacado de una serie de ciencia ficción, científicos en Estados Unidos lograron revivir al “lobo terrible”, una especie prehistórica que estuvo extinta por más de 12.500 años y que fue la inspiración directa para los famosos huargos de Game of Thrones.
El proyecto fue desarrollado por Colossal Biosciences, una empresa que viene haciendo ruido en el mundo por sus intentos de traer de vuelta especies extintas, como el mamut lanudo y el tigre de Tasmania. Esta vez, lo lograron con el Aenocyon dirus, una especie de lobo gigante que habitó América del Norte y que desapareció al final de la última Edad de Hielo.
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Utilizando ADN antiguo extraído de fósiles que datan de entre 11.500 y 72.000 años, los científicos editaron genéticamente células madre de lobos grises modernos. El resultado: tres cachorros nacidos en octubre pasado, que fueron bautizados como Rómulo, Remo y Khaleesi.
Los animalitos ya muestran las características que los diferenciaban: más grandes que un lobo común, pelaje blanco y una complexión mucho más robusta. Por ahora, están bajo observación en una reserva secreta, mientras el mundo científico sigue con lupa este avance.
Aunque para muchos este logro es una revolución genética, también hay críticas por la falta de supervisión académica y el riesgo de jugar con la evolución de esta manera. Aun así, el experimento ha abierto nuevamente el debate sobre la llamada “desextinción”.
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