El Kevin Fabian siguió todos los pasos de nuestro manual para conquistar a una ‘chica de bien’ que tiramos en Mirá Ve Cali, el man se tiró los cortes, se puso las Nike todos tienen, el carriel, se metió su camisa Adidas de 5 pesos que venden en el centro y se tiró para Ciudad Jardín.
El man vive en Marroquín así que no fue fácil la operación, le tocó buscar un ‘pirata’ en la Ciudad de Cali que lo llevara hasta Jardín Plaza por 3 lukas y de ahí tiro paso hasta la casa de Catalina, la chica del ICESI que vive en Ciudad Jardín que conoció sin querer luego de tirar los pasos prohibidos en MalaMaña Bar donde el viejo Poncho, ese día mientras sonaba “hay fuego en el 23” le tiró los códigos, la parla, los tin y tan, los truskys a la mona con cara de buena gente y se la charló, el man estaba claro.
El tipo llegó sudando a esa casa, andaba más perdido que JorgeIván en la alcaldía. Cuando por fin llegó y timbró en esa casa que tenía una puerta que parecía la entrada al otro mundo de Gokú, salió un señor canoso, de piel blanca, gafas, una pistola en la cintura y le dijo “¿Quién es usted? ¿qué necesita?, aquí somos personas de bien, no tenemos limosna…Buenaaaas” con voz temblorosa contestó, “mi nombre es Kevin Fabian, ¿está Catalina?”
En eso salió Catalina con su Blusa de Zara y su Iphone 24x enchapado en diamantes que solamente tenía ella y Cristiano Ronaldo, emocionada dijo “¡Kevin Fabian, llegasteeeee! El papá sorprendido dijo “¿Cómo así? ¿Quién es este tipejo”, a lo que Catalina dijo “Mi nuevo amigo papá, es de Marroquín”, Don Gustavo, como se llama el padre de Catalina, quedó en shock y por poco sufre un infarto, Kevin sacó un Vive100 que tenía desde hace una semana en su carriel y le dio un poco al señor, papi con eso lo salvó.
Luego de lo sucedido, Catalina invitó a Kevin a la sala de su casa, una sala que parecía más bien un salón de eventos, Kevin no entendía nada, el piso estaba tan brillante, las paredes no tenían una sola mancha, todo era de película, le ofrecieron café y quesadillas, Kevin no sabía que era un quesadilla, lo más cercano que podía haber probado era unas arepas viejas con queso de Doña Flor, la señora que vende sobre la Ciudad de Cali al lado de la Ferretería de Jaime, por cierto Kevin debía dos arepas desde el paro, andaba más asado el pobre.
Todo iba bien, empezaba tomarse confianza mientras le tiraba el verbo a la Catalina, le narró como se saltaba la tapia para volarse del INEM cuando estudiaba y se gastaba la plata en las maquinitas, ahora ha cambiado pues dice que ya tiene la mente fijada en otras cosas, le contó que tenía un emprendimiento de postres y le dejó dos de una vez hasta la quincena, el hombre no perdía una le digo, se estaba haciendo lo del estrén de diciembre, tenía ya listas unas zapatillas que vienen con bluetooth y alarma por si se las quieren robar. En eso llegó doña Adriana, la madre de la mona, caminó unos pasos hasta verle bien la cara a Kevin y sin saludarlo pero con algo de asombro le dijo “¿Usted es el hijo Doña Patricia?”, Kevin se quedó algo frío y en la mente dijo “ufff esta cucha como que me conoce, ¿será algún gota gota que le debo?”, tartamudeo un poco y dijo “sii si sii si cucha, digo si señora”, Adriana quedó en silencio por unos segundos y le dijo a su hija, ven conmigo un momento, necesitamos hablar…
¡Kevin es hijo de doña Adriana!, Eso fue lo que confesó la madre de Catalina, ¿pero entonces son hermanos?, esa es la pregunta que se hizo la bella mona mientras le brotaban las lágrimas.
“¡Cómo así mamá, Kevin es mi hermano!” Exclamó su hija, en eso llegó Don Gustavo, el padre de Catalina con su botella de Vive 100 que le dio Kevin y dijo “no son hermanos, tu no eres nuestra hija”… Papi vaya sacando las crispetas.
Vaya bororó que se formó, papi el bochincherío fue que dijo oyó, manito ahí sí se complicó la vaina. Adriana confesó que intercambió su hijo con el de una señora porque ella quería tener una hija y no un varón, a cambio de esto ella le daría trabajo a esa señora en su empresa, la señora aceptó pues ella era muy pobre y necesitaba dinero para poder vivir, esa señora es Doña Patricia. En Resumen Catalina era la chica pobre y Kevin el de la plata papi, el que tenía que controlar, vo’ jabes.
Es decir que Kevin ahora sí se iba a poder comprar todas las Nike del mundo, hasta podía ir a la Feria de Cali en palco, tirarse el Iphone 45 que tiene Neymar, comprarle unas camisas a JorgIván para que no ande con esa camisa blanca que ya está vieja, llevar a los Van Van al Distrito y cerrar la calle si quería.
Luego de todo este bororó, Kevin no aceptó una propuesta que le hizo Doña Adriana que era de vivir con ella en Ciudad Jardín, por el contrario le dijo que no quería saber nada de ella y llamó al viejo ‘jugo de mora’ un socio que trabaja en Uber y se fueron a Marroquín junto con Catalina que conoció a su verdadera madre.
Catalina no tuvo reproches contra la señora, pensó que en su inocencia y su necesidad tuvo que dejarla para poder sobrevivir, por eso la abrazó fuertemente y no le pidió explicaciones.
Ahora Catalina y Kevin viven en Marroquín, tirando salsa cada fincho, comiendo salchipapas, Catalina por fin conoció las empanadas, ella no sabía que era eso y ya esperan una bebé que se llamará Yurani Natalí.
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