Cali, la capital del Valle del Cauca, es una ciudad llena de historias, pero pocas tan curiosas como la del Charco del Burro, un sitio que fue parte fundamental de la vida caleña durante décadas. Hoy, este lugar mítico forma parte de la memoria colectiva de los caleños, ya que lo que fue un punto de encuentro, frescura y tradición se transformó en la ubicación del Museo La Tertulia, uno de los centros culturales más importantes de la ciudad.
¿Por qué se llamaba el Charco del Burro?
El nombre “Charco del Burro” tiene su origen en la tradición popular de la ciudad. Se decía que, en épocas pasadas, los burros que circulaban por la zona solían detenerse a beber agua del charco. Con el tiempo, la gente comenzó a identificar el lugar con esta escena cotidiana, y el nombre del charco quedó asociado a los animales que lo frecuentaban.
Este espacio natural, ubicado a orillas del río Cali, era muy querido por los caleños. Era un lugar de esparcimiento, donde las familias se reunían para disfrutar de la calma del agua, tomar un descanso y conectarse con la naturaleza en medio de la ciudad. El Charco del Burro, además, fue testigo de muchas historias y leyendas que marcaron el crecimiento de la capital vallecaucana.
El desvío del río y la desaparición del Charco
A pesar de su popularidad, el Charco del Burro no logró resistir el avance de la urbanización. En 1934, debido a las inundaciones frecuentes y la expansión de la ciudad, las autoridades decidieron desviar el cauce del río Cali. Este proyecto significó un cambio radical para la zona, ya que el río dejó de pasar por el Charco del Burro, y el agua fue redirigida por otro cauce.
Este desvío no solo alteró el paisaje natural, sino que también hizo desaparecer el icónico charco. A medida que la ciudad crecía, el área fue urbanizada, y lo que había sido un rincón tranquilo del río se transformó en un nuevo espacio para el desarrollo de la ciudad.
El Museo La Tertulia: Un nuevo capítulo
Hoy en día, el lugar donde una vez existió el Charco del Burro alberga al Museo La Tertulia, uno de los museos más emblemáticos de Cali. La construcción del museo sobre este antiguo basurero es un claro ejemplo de cómo la ciudad ha transformado su paisaje, pero también de cómo se han preservado partes de su historia.
El museo, que fue inaugurado en 1957, se convirtió en un centro cultural clave para la ciudad, convirtiendo lo que antes era un espacio asociado con la naturaleza en un lugar dedicado al arte y la cultura. Aunque el río Cali ya no atraviesa este lugar, la memoria del Charco del Burro sigue viva en la historia de los caleños, quienes recuerdan con cariño este rincón de la ciudad.
Un legado que sigue vivo
Aunque el Charco del Burro ya no existe físicamente, su legado persiste en las historias y recuerdos de los caleños. La transformación de este espacio natural en un lugar de arte y cultura muestra cómo Cali ha sabido adaptarse a los cambios del tiempo, manteniendo siempre un vínculo con su historia y su gente.