En el marco del Mundial de Fútbol Femenino que se celebra en Australia, una promesa del presidente de la FIFA ha generado una fuerte polémica. En un principio, se había anunciado que cada futbolista recibiría un premio de 30 mil dólares si llegaban a la fase de grupos y un premio adicional de 270 mil dólares si alcanzaban la final del torneo.
Sin embargo, la situación dio un giro inesperado cuando la FIFA anunció que no podrían hacer efectivo el pago directo a las jugadoras debido a problemas financieros. En cambio, decidieron enviar el monto total de los premios a cada Federación Nacional y dejar que estas se encarguen de distribuir el dinero entre sus jugadoras.
Esta decisión ha generado gran descontento entre las futbolistas y sus representantes, quienes consideran que la FIFA no ha cumplido con su compromiso y ha puesto en riesgo la equidad salarial y la transparencia en el deporte femenino. Además, las jugadoras de la selección colombiana han expresado su preocupación, ya que en el pasado han tenido problemas con los premios, los cuales no siempre han llegado completos por parte de la Federación Colombiana de Fútbol.
Las jugadoras colombianas afirman que, hasta el momento, no han recibido información sobre los premios que les corresponderían en este Mundial, y aseguran que su enfoque principal está en competir y ganar el torneo, dejando a un lado las cuestiones económicas.
La falta de claridad y el cambio repentino en la forma de pago por parte de la FIFA han generado un ambiente de tensión y preocupación entre las futbolistas, quienes consideran que se les está tratando de manera injusta y que la Federación debería asumir su responsabilidad en garantizar que los premios lleguen a quienes realmente lo merecen: las jugadoras que trabajan arduamente para representar a sus países en el Mundial de Fútbol Femenino. La situación está lejos de resolverse, y se espera que en los próximos días surjan más pronunciamientos por parte de las protagonistas del torneo y sus respectivas federaciones.
