
En un giro sorprendente y cómico, el señor Camilo Barceló Torres, residente del municipio de Soledad, en el departamento de Atlántico, Colombia, vivió una historia de traición, venganza y vestimenta peculiar.
Todo comenzó hace varios años, cuando el señor Barceló Torres descubrió que su esposa le era infiel y le pidió el divorcio. Como resultado, tuvieron que dividir sus bienes, lo cual dejó a Camilo muy triste y desconsolado. Sin embargo, nunca imaginó que esa tristeza se convertiría en una venganza peculiar en el futuro.
Años después, en 1987, Camilo Barceló Torres fue elegido alcalde de la ciudad donde vivían. Armado con un sentido de humor retorcido y una sed de venganza sutil, decidió llevar a cabo una acción que no dejaría indiferente a nadie: pavimentar toda la ciudad de Soledad, excepto la cuadra donde residía su expareja.
Esta venganza vial y su negativa a asfaltar la calle de su exmujer le valieron a Camilo el apodo de “el viejo verde” en la comunidad local. Además, se volvió una figura reconocida en la ciudad, ya que siempre se le veía vestido de verde, quizás como un recordatorio constante de su desengaño amoroso.
La estrategia de Camilo Barceló Torres para dejar intacta la calle de su exmujer no solo fue insólita, sino que también generó cierta controversia y polémica en Soledad. Muchos vecinos lo acusaban de ser rencoroso y poco digno de su cargo como alcalde.
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A pesar de las críticas, el señor Barceló Torres continuó ejerciendo su mandato y liderando su ciudad de una manera que, aunque inusual, logró captar la atención de los medios nacionales. Al final de su periodo, dejó un peculiar legado en Soledad: una ciudad pavimentada en su totalidad, excepto por una cuadra.
Hoy en día, Camilo Barceló Torres es recordado como una figura singular en la historia del municipio de Soledad. Su historia, entre lo trágico y lo cómico, sirve como recordatorio de que el amor perdido puede llevar a acciones inesperadas y, a veces, hasta divertidas.