Esto pasaría si los que critican a la arquera de la selección fueran arqueros.

Hoy la Selección Colombia de fútbol femenino dejó al país en alto, con orgullo, fuerza, coraje se enfrentaron a una de las favoritas, la selección de Inglaterra. Aunque Colombia empezó ganando, las europeas remontaron y se quedaron con el partido. 2-1 final del encuentro.

Uno de los goles tuvo como protagonista a nuestra arquera. A Catalina Perez, se le escapó un balón que parecía fácil y en ese momento llegó el empate, error que le pasa a muchos arqueros en el mundo pero ahora la jugadora se ha vuelto tendencia por los críticos sabios de Colombia, esos que nunca han jugado fútbol.

Imaginemos por un momento que el genio estratégico del sofá, ese individuo que jamás ha enfundado los guantes ni enfrentado un balón, fuese de repente convocado a ser el arquero estrella de la selección Colombia femenina en el Mundial. Seguro, en ese universo paralelo, sus hazañas serían legendarias y Colombia se alzaría con el título mundial.

Claro, este maestro de la crítica desde la comodidad de su sala estaría parado en el arco, demostrando cómo las decisiones se toman con la facilidad de un bocado de palomitas. Imaginen a este genio del control remoto bloqueando tiros con una mano mientras con la otra ajusta los cojines del sofá. ¡Y qué decir de sus reacciones felinas ante los lanzamientos de penales! Seguro estaría leyendo la mente de las atacantes y atajando con los ojos cerrados.

Por supuesto, mientras los equipos rivales se confundirían con sus movimientos impredecibles e inverosímiles, nuestro arquero de sofá estaría en plena charla con la taza de café en la mesa ratona. Las cámaras no podrían captar su maestría, ya que solo los entendidos en la ciencia del fútbol podrían apreciar cómo su serenidad onírica influiría en cada jugada.

La escena culminaría con una victoria gloriosa, la multitud en éxtasis, y nuestro arquero de sofá siendo llevado en hombros hacia la gloria, con su control remoto en una mano y una pizza en la otra. Y en ese instante, todos lamentarían no haberlo visto antes: el genio inadvertido que estaba destinado a ser el mejor arquero del mundo, capaz de llevar a Colombia a la cima del fútbol femenino mundial sin siquiera abandonar su sala de estar.

Ah, qué mundo tan maravilloso sería si las competencias deportivas se ganaran con comentarios sarcásticos y observaciones desde el confort de una butaca. Pero mientras tanto, dejemos que las verdaderas heroínas del campo de juego sigan inspirándonos con su dedicación, pasión y esfuerzo real en cada partido.

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