La mañana del miércoles, 21 de febrero, estuvo marcada por el descontento en Candelaria, Valle del Cauca, donde los residentes se congregaron en un plantón en el puente de Juanchito para expresar su frustración ante el noveno aniversario de una obra inconclusa. Esta infraestructura, concebida para mejorar la comunicación entre Cali y Candelaria, sigue sin completarse, alimentando la decepción y la ira de la comunidad.
Las protestas son la manifestación de años de promesas incumplidas y la sensación de abandono por parte de las autoridades. La falta de transparencia en los plazos de entrega y el progreso lento de la construcción han exacerbado la situación, generando un clima de desconfianza y desesperanza entre los residentes.
La controversia se intensificó recientemente con las declaraciones de la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, quien se negó a proporcionar una fecha definitiva para la finalización del proyecto. Sus palabras provocaron indignación entre los afectados, quienes ven en esta actitud una muestra más de la negligencia gubernamental.
A pesar de las disculpas posteriores de la mandataria y su compromiso de acelerar el proceso, la incertidumbre persiste. La ejecución de la obra se encuentra estancada en un 90%, mientras que las promesas de entrega pasadas han resultado ser falsas alarmas. Mientras tanto, la crisis vial en la región continúa empeorando, dejando a la comunidad de Candelaria y sus alrededores atrapada en un limbo de infraestructura inacabada y expectativas incumplidas.
