Entonces la gente en Cali empezó a vender todo y dejar su dinero en una vaina rara que se llamaba DMG, una pirámide donde la gente metía su dinero y esperaba que le devolvieran hasta el 500% o más de lo invertido así como por arte de Magia, la vecina esta que siempre anda con esa pijama vieja, doña Amanda, vendió su tienda, la moto, el carro, la cuna del niño, el televisor, la nevera, hasta la ropa del marido y toda la plata la metió en DMG.

A ella le habían dicho que en 15 días le daban su ganancia y un día antes cuando iba a recibir su dinero salió en las noticias que la policía había intervenido DMG, oiga a esa señora casi le da un infarto, le tocó al marido llevarla al hospital y como le habían vendido la ropa pues le tocó usar la de la mujer.

Habían filas super largas, una de las sedes quedaba por Holguines frente a Unicentro, yo la verdad no entendía que era eso, lo cierto es que la gente metía su dinero y se sentaba a esperar, a algunas personas si ganaron bastante pero otras perdieron todo cuando empezaba a llegar la ley y cerraban esos negocios.

Es que uno no entiende cómo la gente no se preguntaba, ¿cómo es que a uno le triplican el dinero sin necesidad de hacer nada?, la inocencia del caleño.

Eso pasó ya hace varios años y aún así hay gente que sigue creyendo en esas cosas, definitivamente el colombiano no aprende.

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