Rocío Buffolo, mejor conocida como “Rouse, La chica robot”, se identifica como robot humanoide tras implantarse un chip en su cuerpo. Esta transformación le permitió ver el mundo desde la perspectiva de la robótica, combinando la inteligencia artificial con la emocional. Como abogada y cantante, utiliza la IA para resolver casos y crear melodías, integrando tecnología en su vida diaria.
Para Rouse, la robótica es su manera de protegerse en una sociedad donde los vínculos, según ella, son frágiles y desechables. A pesar de los beneficios que le brinda la inteligencia artificial en su trabajo y en la música, reconoce que aún hay desafíos, especialmente en lo que respecta a la propiedad intelectual y los derechos de autor.
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Aunque ha recibido críticas por su identidad de “chica robot”, Rouse afirma sentirse más libre y segura. A través de su música, busca enviar un mensaje de amor propio y conciencia sobre la importancia de combinar la tecnología con la inteligencia emocional, inspirando a otros que puedan sentirse como ella.