“Me dijo que la llevara a Calipso y terminamos en un motel” – Historias de un taxista caleño

Eran las 10 de la noche piloteaba su nave, era su taxi un Spark modelo 2000, la noche era lluviosa en la capital del Valle y cuando ya se decidía a guardar su vehículo, a don Javier le resultó una carrera en Sameco, cerca al puente.

Una Rubia de ojos azules y de 1.72 de alto, se hizo en la parte de atrás y con una voz triste y entrecortada le dijo al conductor “me lleva a Calipso por favor”

Desde ese momento inició un recorrido lento y con un silencio extraño dentro del vehículo, Javier sabía que algo no estaba bien, podía ver la rubia por el retrovisor y las lagrimabas bajaban por sus mejillas, no se aguantó más y le preguntó “¿Por qué lloras?”, la chica respondió al instante “por los hombres, todos son iguales”

Javier dijo, “entiendo, yo también digo lo mismo pero sobre las mujeres, para mi todas son iguales y siempre me decepcionan”, ella sonrió y le dijo “no has dado con la que es”, él respondió “Ya no la quiero encontrar” y a lo que ella volvió a responder “¿Estás seguro?” qué tal que la encuentres hoy en una de tus carreras…

En ese momento Javier detuvo el vehículo, la Rubia pasó al puesto de adelante, se miraron fijamente durante unos segundos y fundieron sus tristezas en un beso largo y apasionado, el taxi hizo un giro, ya no iría a Calipso, ahora se perdería en Menga en la zona de moteles.

Historias de taxistas caleños.

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