“Fui indigente, pedí limosna y de la desesperación tiré a un río en Francia”. Yuri Buenaventura

Yuri Alex Bedoya Giraldo, arribó a la “ciudad de la luz” envuelto en sombras. Era un joven delgado, de tez morena y cabello ensortijado, que buscaba, al igual que miles de latinos, africanos, árabes y colombianos, una vida mejor.

Bajo el nombre artístico de Yuri Buenaventura, en honor a su pueblo natal, Yuri enfrentó un inicio difícil, soportando privaciones, frío y fracasos en las calles parisinas. Casi vivió como un indigente, recurriendo a la limosna en el Metro y tocando canciones. Las desesperaciones y decepciones fueron tan grandes que un día se aventuró a sumergirse en las aguas heladas del río Sena, pero relata que su supervivencia fue un milagro, cuando un ángel lo rescató.

Originario de Cascajal, en las profundidades de las playas del Pacífico colombiano, Yuri adquirió fama y reconocimiento en Francia y Europa, alcanzando la cumbre de la fama alrededor de 1996 con su versión salsera del tema “Ne me quitte pas” del compositor belga Jacques Brel.

En Colombia, su reconocimiento llegó décadas después, tras sus rotundos éxitos en tierras francesas, donde grabó su primer álbum titulado “Herencia Africana”, el cual le valió un Disco de Oro en 1996. De esta manera, se convirtió en el primer cantante de salsa en obtener tan prestigiosa distinción.

En 2014, el Embajador galo Jean-Marc Laforêt condecoró a Yuri Buenaventura en Bogotá con la “Orden de las Artes y Letras en el grado de Caballero”, en reconocimiento a sus aportes a la cultura francesa y a su destacada trayectoria musical.

Yuri se ha convertido en el intérprete predilecto de los Presidentes del Palacio del Elíseo, quienes lo invitan cuando un mandatario colombiano realiza una visita oficial a París. Precisamente, durante la cena de gala ofrecida por François Hollande a su homólogo Juan Manuel Santos el 26 de enero de 2015, tuvimos la oportunidad de conversar con él una vez concluido el protocolo.

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