La leyenda de la Llorona que han visto en el barrio San Antonio de Cali

Hace muchos años, en el barrio San Antonio de Cali, se decía que la llorona rondaba por las calles oscuras de la noche. Los vecinos contaban historias sobre una mujer vestida de blanco que caminaba por las calles llorando desconsoladamente, buscando a sus hijos.

La leyenda decía que la llorona era una mujer que había sido abandonada por su marido y que, en su desesperación, había ahogado a sus hijos en el río cercano. Desde entonces, su espíritu atormentado buscaba a sus hijos por todo el barrio, y su llanto se escuchaba en las noches más oscuras.

Pero la leyenda no se detenía allí. Según se decía, la llorona también había sido vista en la capilla del barrio, arrodillada ante el altar, rezando por el perdón de sus pecados. Incluso algunos decían haber escuchado su llanto dentro de la iglesia.

El parque del barrio también tenía una historia relacionada con la llorona. Se decía que allí había ocurrido la tragedia que llevó a la mujer a cometer el terrible acto de ahogar a sus hijos. Por eso, en las noches más oscuras, se podía ver a la llorona caminando por el parque, buscando a sus hijos perdidos.

Los vecinos del barrio, aterrorizados por la leyenda de la llorona, evitaban salir de noche y muchos aseguraban haberla visto o escuchado su llanto en las calles del barrio. Sin embargo, algunos decían que la llorona no era una amenaza, sino una pobre alma en pena que buscaba la paz y el perdón.

Los taxistas que se aventuraban a transitar por las calles del barrio San Antonio de Cali de noche, tenían sus propias historias sobre la llorona. Algunos decían haber visto a una mujer vestida de blanco caminando por las calles, con lágrimas en los ojos y un lamento en su voz. Otros aseguraban haber escuchado su llanto dentro de sus vehículos, aun cuando no había nadie más presente.

Uno de los taxistas más experimentados del barrio, contaba que una noche, mientras conducía por una de las calles más oscuras, vio a una mujer vestida de blanco que parecía flotar en el aire. El taxista detuvo su vehículo, pero la mujer desapareció en un instante. Desde entonces, nunca más se aventuró a transitar por esa calle a altas horas de la noche.

Otro taxista narraba que una noche, mientras conducía por el parque del barrio, escuchó el llanto de la llorona. Al principio pensó que se trataba de algún pasajero que estaba llorando en el asiento trasero, pero al voltear, se dio cuenta de que no había nadie allí. Asustado, aceleró su vehículo y salió del parque a toda velocidad

A pesar de estos relatos, algunos taxistas se burlaban de la leyenda de la llorona, asegurando que todo era una invención de la imaginación de las personas. Pero la mayoría prefería no arriesgarse y evitaba transitar por el barrio durante las noches más oscuras, para evitar encontrarse con la misteriosa mujer vestida de blanco que lloraba por sus hijos perdidos.

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